viernes, 18 de mayo de 2007

VIERNES LITERARIO - EL EXTRAÑO RETORNO DE LA RANA SIN SALTAR

Todos los viernes publicaré algún poema o historia ficticia que haga alusión explícita o implícita a Lani Hall. Voy a empezar con un episodio de Serial Experiments Lani, llamado "El extraño retorno de la rana sin saltar":

En un estanque muy lejano, una pareja de ranas puso algunos huevos, y tiempo después salieron los renacuajos. Estas crías de las ranas antes mencionadas eran muy especiales, ya que todas tenían tonos de piel un poco extraños. Por ejemplo, uno de los renacuajos era morado, otro amarillo, otro tenía un color púrpura, en fin... Y un día, una hechicera fue al estanque y atrapó estos renacuajos para esperar a que se conviertan en ranas y hacer conjuros con ellas. Pasaron varios años, y algunos renacuajos murieron antes de tiempo, pero otros se desarrollaron hasta convertirse en ranas. Un día, la hechicera agarró una de las ranas y luego hizo con ella una limpia a un cliente que no podía caminar. Pero después de que se fue el cliente, la rana ya no pudo saltar: absorbió la incapacidad de caminar de la persona a quien le hicieron la limpia...

Pasaron varios meses, y esa rana que no podía saltar cayó en manos de una mujer parecida a una cantante de los Estados Unidos que está casada con Herb Alpert, el fundador de A&M. Esta mujer crió a la rana, le dio de comer, la trató bien, pero ni así pudo volver a saltar. Un día la mujer se llevó la rana a las oficinas centrales de Ripley (sí, los de Aunque Usted no lo Crea) a ver si podían publicar la historia de la rana sin saltar. Mese más tarde, salió en la revista Ripley esa historia de la rana, y la mujer se puso muy feliz porque su extraña mascota salió ahí. Unos 10 años después, la rana murió pero su alma quedó flotando en algún estanque...

Y tiempo después, la misma mujer que se adueñó de la ahora finada rana sin saltar, estuvo soñando mucho con ese animal. Y no sólo se le aparecía en sus sueños, también lo inmortalizó en algunos cuadros y esculturas que hizo ella misma. Esta mujer comprendió que las ranas no necesitan saltar para servir como mascotas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Está muy buena esta historia de ficción. Por favor publica más historias como éstas...